
Invitados por nuestros amigos Guille y Julio nos dirigimos a Lérida, donde ambos biólogos trabajan junto a un gran equipo con el alcaudón chico (Lanius minor), un ave que tristemente se ha ganado el título de ser la especie más escasa de la fauna vertebrada ibérica. Por suerte, la Asociación Trenca esta trabajando para evitar su desaparición.

A la salida del sol nos dirigimos a una de las fincas donde se lleva a cabo la reintroducción de alcaudón chico en Lérida. Los pollos que se van a reintroducir han sido criados en cautividad en el Centro de Cría de Vallcalent, tienen aproximadamente un mes de vida y pasan una semana más en las jaulas instaladas en la zona de reintroducción antes de soltarlos.
Una vez liberados en el medio natural y durante los primeros días de aclimatación se les aporta una ración extra de alimento a base de insectos, que les servirá para iniciar la migración mejor preparados.

Este año Trenca a liberado 108 alcaudones, de los cuales ha marcado 22 individuos con geolocalizadores, un dispositivo de apenas 1.1 g de peso que permitirá conocer su ruta de migración y área de invernada, una vez se recaptura el pájaro y se descargan los datos. Es la primera vez que se utiliza este mecanismo con esta especie y los datos que se obtengan contribuirán en el conocimiento de las amenazas a las que se enfrenta y por tanto a su conservación.

Durante la mañana dos personas se encargan de identificar a los diferentes alcaudones marcados con anillas metálicas y de colores que previamente habían sido liberados. Cada individuo tiene una combinación única que facilita su identificación mediante telescopio. De esta forma se puede registrar la información de cada ave y saber cuanto tiempo se quedan en la zona, cuando inician la migración, etc. Durante nuestra visita en agosto ya quedaban pocos y sólo pudimos observar e identificar 15 alcaudones.

Gracias a la labor de Trenca, la especie ha pasado de una sola pareja reproductora en 2013 a 4 parejas en 2014. El proceso es largo y requiere de mucha gente y mucho trabajo, desde el nacimiento
de los pollos, alimentación, marcaje, seguimiento de los juveniles, etc. Sin embargo, la recompensa es máxima cuando dos de esos pollos marcados vuelven al año siguiente y forman una pareja
reproductora. Sin duda merece el esfuerzo.
Desafortunadamente, llegamos al final de la campaña 2015, por lo que sólo pudimos ver una parte del trabajo que realiza la asociación, sin embargo, nos sentimos con suerte por poder ver el resultado de varios meses de duro trabajo.

Trenca desarrolla otros proyectos como la reintroducción del buitre negro (Aegypius monachus) en los Pirineos o la red de puntos de alimentación suplementaria (PAS) para rapaces carroñeras en los Pirineos, entre otros.
Si quieres saber más sobre su trabajo te recomendamos que visites su web www.trenca.org

Gracias a la Asociación Trenca, y en especial a Julio y Guille, por dejarnos ver de cerca vuestro trabajo.
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